NUEVO URBANISMO

El Nuevo Urbanismo

La estructura urbana de toda nuestra vida democrática está hecha -voluntaria o involuntariamente- para estimular los siguientes aspectos de nuestra vida:

La inseguridad, la suciedad, la congestión vial, la contaminación visual, la contaminación ambiental, la violencia doméstica, la enemistad, la apatía vecinal, la discriminación social, la rivalidad de clases, los divorcios, el aburrimiento, la ociosidad, la pereza, la deserción escolar, el ausentismo laboral, la impuntualidad, la inconstancia laboral, el fracaso comercial, la bancarrota industrial, los accidentes, las enfermedades cardiovasculares, el hurto, las agresiones, la fuga de cerebros, la morosidad bancaria,  la vida corta, la división familiar, la degeneración del hábitat, la destrucción del patrimonio, la disolución de la historia, las migraciones desorientadas, la voracidad económica, el caos destructivo, la entropía urbana, entre otras.

El Nuevo Urbanismo persigue revertir este catastrófico fracaso del modernismo, rescatando los espacios públicos para la gente.

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Carta Abierta a Venezuela

Por Stefanos Polyzoides

Estimados colegas caribeños, el momento de acción es ahora.



Una Carta Abierta a nuestros colegas urbanistas y arquitectos venezolanos.15 de Marzo de 1996.

El desvanecimiento de las fronteras entre arquitectura y urbanismo ha sido fuente de profunda confusión cultural en los tiempos recientes. La planificación moderna de ciudades ha sido definida y practicada como el crítico agregado de densos, descoordinados y poco críticos proyectos arquitectónicos públicos y privados, llevados a escala de la ciudad como un todo. La histórica evolución de la diferencia entre las dos disciplinas ha sido básicamente ignorada.

La fuente de esta calamidad puede ser hallada en las ideas presentes y los escritos de urbanismo moderno más prominentes de “Le Corbusier: Urbanismo” (1929), y “La Ciudad Radiante” (1935); y en su codificación y popularización a través de los congresos del CIAM previos a la II Guerra Mundial. Desde 1945 estos textos han proporcionado los principios guía de la educación en arquitectura y urbanismo, y en la práctica profesional en todo el mundo.

Durante la segunda mitad de este siglo XX, las ciudades y el medio rural de Venezuela han sido devastados por arquitectos y urbanistas hasta un nivel que no lo hizo ninguna guerra. Las tres premisas centrales del urbanismo moderno: A.- concentración y separación de usos, B.- separación de vehículos de los espacios públicos abiertos, y C.- organización de edificaciones de acuerdo a estilos universales y estandarizados, junto con las exageradas dimensiones, han entrado en directo e irreversible conflicto con el patrimonio histórico y urbanístico de la cultura venezolana. Por falta de recursos, por el deseo y el apoyo popular para demoler y reconstruir las ciudades venezolanas hasta la raíz, ustedes, como el resto de nosotros, han recurrido a construir fragmentos del gran experimento fracasado del modernismo, y lo han incrustado violentamente en la blanda y altamente cultivada textura de sus ciudades y campos.

El resultado ha sido la disolución del carácter visual, la calidad ambiental y la cultura viviente, centenaria y única de Venezuela. Debido a que este proceso está desarrollándose también en todo el mundo, los espacios en los cuales UDs. ahora viven se han homogeneizado y asimilado al punto que son indistinguibles de otros en otras partes. Caracas se parece hoy a Lima, San José de Costa Rica, o Monterrey, a cualquier otra ciudad latinoamericana, o peor aún, a ninguna en particular.
No hay mayor impacto para el visitante de vuestro país, que la yuxtaposición de dos experiencias contrastantes: la de gente intentando preservar las refinadas formas tradicionales de los objetos, rituales y espacios de Venezuela a una escala próxima e íntima, y la total disolución de ese orden ancestral, más allá de la escala humana y de las paredes de una habitación, en el caótico y violento urbanismo que los rodea.

¿Es el destino de toda civilización quedar reducida a tan bárbaro nivel de denominador común urbano, el mismo para todos los espacios en Venezuela y el mundo? Y si no lo es ¿Qué hay que hacer al respecto?

En los últimos setenta años la gran aflicción urbanista moderna ha sido un curso de pensamiento y acción premeditado. Puede, por lo tanto, ser revertido con igual resolución de pensamiento y acción. En contraste con esta agotada manera de pensamiento urbanístico, nosotros llamamos a esta corriente emergente El Nuevo Urbanismo. Este concepto da un pequeño paso hacia la enorme tarea de proponer un modelo alternativo al Urbanismo Moderno de demolición y expansión. Una de sus premisas centrales es la clarificación de la relación entre Urbanismo y Arquitectura:

Urbanismo es el diseño de una amplia jerarquía de espacios y paisajes, una trama, un tejido de vialidad, parques y plazas que promueven la vida pública. La figura de esos espacios y su superposición a la naturaleza es la identidad, la marca de los asentamientos humanos.

Arquitectura es el diseño de edificaciones individuales y proyectos de jardinería que hacen visibles, memorables, y en última instancia útiles, esa trama de espacios. Crucial para la creación de cualquier ciudad es la clara distinción de ambos tipos de proyectos en escala y en carácter. Primeramente, la definición de edificaciones y paisajes que forman una estructura colectiva, un tejido, un mosaico. Y segundo, las edificaciones públicas y los parques, físicamente distinguibles por su propósito claramente institucional.

La arquitectura y el Urbanismo están vinculados uno al otro a través de los tipos de espacios abiertos, edificaciones y paisajes; las partes constituyentes que tienen en común. Estos son tipos de formas opuestos a los diseños particulares. Las ciudades dependen de la repetición de este tipo de heterogeneidad, de la redundancia y la complejidad de su estructura. Los proyectos arquitectónicos específicos también dependen de ellos para la continuidad profunda de sus reglas formales, y por lo tanto del significado que subyace al carácter único de su estilo.

El estudio de esa tipología promueve una comprensión de la cultura de la ciudad histórica y de la naturaleza, como tema esencial de la Arquitectura y del Urbanismo. Permite, además, la categorización cuidadosa y el análisis de precedentes formales y su aceptación literal, su transformación estudiada, o su rechazo en el diseño de nuevos tipos para un problema dado. En todos los casos, una orientación hacia el diseño tipológico debe ser histórica, mas no retórica.
La conciencia de los precedentes regionales es un punto de partida fundamental para todo el diseño bajo el espíritu del Nuevo Urbanismo. Los precedentes, diversos como lo son, por región y por cultura, deben ser descubiertos, evaluados, reutilizados y readaptados como sea necesario, a fin de poder establecer a través de un nuevo diseño, el tipo de continuidad cultural que pueda crear ciudades únicas y distintas.

Las culturas latinoamericanas están cambiando a pasos atemorizantes, en interés de los modelos del rápido desarrollo económico occidental de insustentabilidad. Pero mientras quede tejido urbano histórico que pueda ser estudiado, habrá una ventana de oportunidad para examinar y valorar los lugares, los objetos que UD sueña cuando se imagina a Venezuela con su identidad cultural única, y los cuales podamos utilizarlos como punto de partida significativo para diseños ulteriores.
Curitiba en Brasil, ofrece un ejemplo importante de cómo aproximarse a este proceso: cómo identificar un tipo de edificación significativa, cómo estudiar sus reglas subyacentes y cómo evaluar su significación como fuente de ideas urbanísticas y arquitectónicas frescas.

En última instancia, la lección de este concepto y de este libro son importantes para Venezuela. Su mensaje no es construir edificaciones superficiales de Curitiba en Venezuela, ni involucrarse en transferencia o copia de estilos sin evaluación. En lugar de eso, es un llamado urgente, desesperado, a fin de detener la devastación de las ciudades de Venezuela y la destrucción de nuestros paisajes. Es una apelación a construir una cultura arquitectónica de renovación basada en el legado ambiental, físico y únicamente social de nuestra nación. Es un método para identificar e interpretar la tipología esencial y los precedentes morfológicos de sus grandes ciudades históricas y sus pueblos, sea que existan en el ojo, o en la memoria del arquitecto o del pueblo.

La nación venezolana, en este momento crucial no necesita comportarse, ni imitar, ni seguir las directrices intelectuales de Occidente para tener una cultura importante y vital. La manera más fácil de distinguirnos en el mundo es rechazar categóricamente el modelo de crecimiento rapaz corporativo, que ha degradado casa por casa, los espacios donde UDs. viven y trabajan. UDs. pueden casarse, en cambio, con un modelo de crecimiento basado en el respeto por su historia y sus tradiciones antiguas y modernas. Y confiar en sus habilidades para diseñar dentro de ellas la regeneración de una cultura venezolana de lugar.

Stefanos Polyzoides
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Tres Paradigmas: 
Nuevo Urbanismo, Urbanismo Cotidiano y Post Urbanismo. Por Doug Kelbaugh, 2000

Extracto del libro: "El Espacio Común Esencial"
a ser publicado por The University of Washington Press.


El Nuevo Urbanismo no es el único juego en la ciudad. De hecho, los desarrollos urbanos convencionales envuelven al campo norteamericano a una tasa creciente. Y el Nuevo Urbanismo disfruta de poco, -y con frecuencia renuente- respeto en las academias, especialmente en las escuelas de arquitectura, donde teorías más sexys y vanguardistas dominan la pedagogía. Además del desarrollo inmobiliario convencional e inconsciente en el milenio en los Estados Unidos, hay en este momento al menos tres escuelas de urbanismo: El Nuevo Urbanismo, el Urbanismo Cotidiano, y lo que yo denomino Post Urbanismo. Los tres corren paralelos a los paradigmas arquitectónicos contemporáneos, aunque habrá paradigmas adicionales guiados y definidos por la tectónica, el simbolismo, el regionalismo, el historicismo, etc. Hay otros urbanismos y arquitecturas tanto emergiendo como disolviéndose, especialmente fuera de los Estado Unidos, en los países en desarrollo, pero esos tres cubren la mayoría del territorio teórico de vanguardia y de actividad profesionales los dos campos.

Una visión sinóptica breve de los tres paradigmas la veremos a continuación:
El Nuevo Urbanismo es utópico (o por lo menos reformista), inspirador en estilo y estructuralista en concepción. Es utópico porque aspira a una ética social porque construye o repara comunidades existentes en formas que mezclan equitativamente a la gente de diferentes ingresos, etnicidad, raza o edad, y a un ideal cívico que mezcla coherentemente parcelas de diferentes usos y edificaciones de diferentes tipos. Es inspirador porque patrocina arquitectura pública y espacios públicos que persiguen lograr que el ciudadano sienta que son parte –orgullosa inclusive- de una cultura que es mas significativa que sus mundos individuales y privados, una ecología que es vertical y horizontalmente conectada a bucles, ciclos y cadenas naturales. El Nuevo urbanismo huye también de la transformación física y la compartamentalización de la vida moderna, y trata de “establecer un enlace entre conocimiento y sentimiento, entre lo que la gente cree y hace en público, y lo que los obsesiona en privado.” Es estructuralista, (o al menos determinista) en tanto que mantiene que hay una relación directa y estructural entre la forma física y el comportamiento cultural. Es normativa, en tanto que establece que el buen diseño puede tener un efecto positivo mensurable en el sentido de lugar y de comunidad los cuales sostiene que son esenciales para formar una sociedad saludable y sustentable. El modelo paradigmático es una ciudad compacta y peatonal, con una jerarquía de espacios y arquitectura públicos y privados que conduzcan a una interacción social frente a frente, incluyendo viviendas y jardines en segundo plano con edificaciones cívicas e institucionales, parques y plazas en primer plano.

El Urbanismo Cotidiano es no utópico o antiutópico, conversacional y no estructuralista. Es antiutópico porque celebra y construye sobre lo cotidiano, en la vida y la realidad ordinaria, con pocas pretensiones y posibilidades de un ambiente construido, ordenado, o ideal que sea perfectible. De hecho, como lo señalan John Kalinsji y otros en “Urbanismo Cotidiano”, la ciudad y sus diseñadores deben estar abiertos a incorporar “elementos que permanecen evasivos: efimerismo, cacofonía, multiplicidad y simultaneidad." Es esta apertura a la informalidad populista lo que hace al Urbanismo Cotidiano tema de conversación. Es no estructuralista ya que subestima la relación directa entre diseño físico y comportamiento social. Se deleita, por ejemplo, en la manera cómo los nativos y grupos migratorios responden de maneras imaginativas a condiciones ad-hoc y a los espacios marginales. El apropiarse de espacios para comercio en lotes baldíos o en estacionamientos, al igual que en callejones privados y patios, para instalas ventas de garaje puede ser más diseño urbano por defecto, más que por intención. La forma y la función se ven estructuralmente conectadas en una forma floja que resalta la cultura urbana más que el diseño, como una determinante del comportamiento social. La arquitectura callejera y vernácula (el bricolaje cotidiano bajo una concepción) en vecindades étnicas vibrantes, se presentan como modelo instructivo, al menos como punto de partida.

El Post Urbanismo, probablemente mejor calificado como “Urbanismo Koolhas” entre los profesionales del diseño y académicos, es heterotópico, sensacionalista y post-estructuralista. Los proyectos de Ciudades Genéricas de Koolhas acogen las edificaciones desconectadas hipermodernas y el urbanismo de centros comerciales. También son heterotrópicas porque descuentan valores compartidos o meta narrativas hasta lo imposible, en un mundo en fragmentación que se compone de zonas aisladas donde están “los otros” (P. ej., los indigentes, los gays, las comunas, las milicias, los prisioneros, las minorías, etc.), al igual que zonas convencionales de consumidores, navegadores de la web y turistas libres. Fuera de los sistemas de ordenación tradicional, estas zonas de tabú, fantasía, y comercio de incesante consumo se aprecian como liberadoras porque permiten “nuevas formas de conocimiento, nuevas posibilidades híbridas, nuevas formas de libertad impredecibles”. Es precisamente la desconfianza de este “ordenamiento” lo que hace a los post-estructuralistas tan opuestos a la arquitectura y el urbanismo convencional." Las comunidades tradicionales basadas en el lugar físico y en propensión se conocen como represivas, e irrelevantes a la luz de la tecnología moderna y las telecomunicaciones.

El Post Urbanismo es estilísticamente sensacional, porque intenta asombrar un consumidor crecientemente sofisticado del entorno construido con un urbanismo y una arquitectura más atrevida provocative. Como el modernismo, su lenguaje arquitectónico es usualmente bastante abstracto, y con pocas referencias al contexto histórico o físico. También continua el proyecto modernista de vanguardia que utiliza las tácticas de shock, sin importar la ubicación ni el programa. A veces es difícil saber si utiliza el shock para si mismo o si elprincipal motivo es inspirar genuina creencia en la posibilidad de cambiar el status quo y resitir los controles y límites que parecen ser demasiado predecibles e incluso tiránicos. Koolhaas, Eisenman, Hadid, Libeskind, Tschumi, y Gehry son post estructuralistas en deuda con Derrida y otros filósofos deconstructivistas. Gehry describe sus exhuberantes inserciones en la ciudad como ejemplos de urbanismo democrático y abierto, a pesar de que usualmente ignora y avasalla el discurso urbano local. Tal como indicamos en elCapítulo 2, los proyectos de De Con son usualmente auto contenidos y microcósmicos, con poca fe en el trabajo de otros para completar el tejido urbano, incluso aunque sea fragmentado. El trabajo Post Urbanista abarca y expresa un urbanismo y una arquitectura más dinámicos, menos estandarizados y menos predecibles. El portafolio personal de diseño, el cual es típicamente más auto referencial que contextual; y una ciudad auto-céntrica y expansiva como Atlanta, se presenta como modelo, aunque la mera idea de un modelo o una tipología podrían ser rechazadas de plano.

Sus Sensibilidades, Metodologías y Resultados.
Las diferencias entre esos tres estilos de Urbanismo y Arquitectura son consistentes y profundas. La divergencia probablemente comienza con la sensibilidad estética del diseñador, que es argumentablemente más básica que los criterios de diseño. La sensibilidad con frecuencia proviene de experiencias tempranas y recuerdos tan primitivos como los juegos infantiles y el entrenamiento de los esfínteres. Estos criterios son menos conscientes y más difíciles de cambiar que el conocimiento cognitivo y los valores adquiridos. Lo enredado y complejo del mundo que es capaz de tolerar un diseñador, está más afianzado que la cantidad de injusticia que el o ella pueden tolerar, o cuantos de los problemas que enfrenta, puede él justificadamente delegar a la “séptima generación”. En dónde encaja el diseñador en el espectro de esos tres paradigmas, puede en última instancia tener que ver con que el o ella prefieran visceralmente pasar el tiempo en los grandes monumentos y boulevards del París del siglo XIX, en las callejuelas medievales del Distrito de Marais, o en el rascacielos de La Défénse, su complejo de oficinas del siglo XX.

El discurso teórico, por supuesto, templa esos sentimientos. Por ejemplo, los mismos sistemas políticos, regímenes y filosofías diferentes que hicieron surgir cada uno de los urbanismos parisinos, colorearán sin duda toda sensibilidad visceral al igual que muchos criterios cerebrales de diseño.

En adición a las varias sensibilidades, los diseñadores utilizan diferentes metodologías. El Nuevo Urbanismo es el más basado en precedentes de los tres. Trata de aprender y extrapolar de los tipos arquitectónicos más duraderos, al igual de los mejores ejemplos históricos y tradiciones, a medida que se intersectan con las prácticas ambientales, tecnológicas, sociales, económicas y culturales contemporáneas. Es además, el más normativo, adoptando más códigos prescriptivos que zonificaciones prohibitivas. La coherencia global, la legibilidad y la escala humana son altamente valoradas. Los nuevos urbanistas se ven a si mismos, como “expertos” en diseño que dirigen el debate público y tratan de modelar el diálogo (con frecuencia a través de encuentros comunitarios) en diseño y planificación holísticos.

El Urbanismo Cotidiano es el más populista, con el diseñador visto como un estudiante empírico de lo común y lo popular, opuesto al diseñador idealizado o cultivado. El diseñador profesional es más un co-participante igualitario que tiene el privilegio de ingresar al diálogo público, el cual es relativamente abierto y democrático. Es menos normativo y doctrinario que le Nuevo Urbanismo, porque se trata más de reensamblar e intensificar lo existente, las condiciones cotidianas que de cambiarlas y comenzar con un modelo diferente. Es también más modesto y compasivo que cualquiera de los otros dos paradigmas. Si el nuevo urbanista romantiza un pasado mítico, el urbanista cotidiano sobreestima el aspecto mítico de lo ordinario y feo, tal como Robert Venturi y Denise Scott Brown tienden a sobrevaluar las arterias y distritos de entretenimiento de lugares como Las Vegas.

El Post Urbanismo acepta y expresa el tecno-flujo del mundo globalizado, tanto real como virtual. Es exploratorio, más que normativo y le gusta revertir códigos y convenciones. Quizás los Post urbanistas no tienden a vincular al público tan directamente en el diálogo, porque sienten que la ciudad tradicional es obsoleta y sus instituciones están demasiado calcificadas para promover posibilidades liberadoras. Así tienden a operar como “genios solitarios” que contribuyen a un monólogo -usualmente egoísta desde el punto de vista urbanístico- dirigido al mercado mediático. Koolhas afirma que ya no hay esperanza de lograr coherencia o unidad urbanística. Su propia arquitectura, como la de Libeskind y otros, es internamente consistente –y bastante elegante en la mayoría de los casos- pero tiene poco interés en tejer o reentramar un tejido ecológico o urbano consistente y continuo en el espacio y tiempo. Los proyectos son con frecuencia extra grandes, desnaturalizados, osados y compiten con el contexto. Si el nuevo urbanista sobreestima el presente prosaico, el post urbanista se sobre entrega a un futuro excitante interminable.

Los tres paradigmas conducen a muy diferentes resultados físicos. Estos resultados pueden variar, aunque poco, de acuerdo a si el cliente es público o privado. El Nuevo Urbanismo con su claridad y orden latinizados, alcanza una mayor unidad estética y mayor comunidad social, mientras mezcla diferentes usos a escala humana en estilos y tipos arquitectónicos. Su trama conectiva de calles peatonalmente amigables, se ven mucho mejor a nivel del suelo que desde el aire, desde donde pueden lucir formulada y asimétrica en exceso. El Urbanismo Cotidiano, que es el menos estéticamente dirigido, rara vez logra belleza y coherencia, de día o de noche, en micro o en macro, aunque es igualitario y vivo en las calles. Los planes de desarrollo Post Urbanista se ven muy excitantes, con sus vectores tipo láser, fractales, arcos y sistemas dinámicos de circulación. Sin embargo pueden ser exagerados en escala y vacíos para los peatones. Los turistas en autos alquilados que experimentan la arquitectura y el urbanismo a través de sus parabrisas, son una audiencia mejor atendida que los residentes, para quienes hay pocos atractivos a escala humana o detalles arquitectónicos que perduren con los años.

Los tres valores fundamentales descritos en la introducción como línea base de este libro: comunidad, orden sustentable y espíritu humano, pueden ser asignados libremente a estos tres paradigmas. El Nuevo Urbanismo, con su énfasis en valores ambientales y diseño ecológico es el que más se apega al orden sustentable. El Urbanismo Cotidiano está más alineado con la comunidad; y el Post Urbanismo con el espíritu humano, especialmente en lo que se refiere a la libertad. El Urbanismo Cotidiano está más empujado por la compasión del ágape y el Post Urbanismo por la libertad de la excelencia , mientras que el Nuevo Urbanismo busca un balance entre estos dos valores humanos fundamentales. Todos ellos tienen valores intrínsecos y sus virtudes son necesarias e incluso liberadoras en el tiempo y el lugar correctos. Pero el Urbanismo Cotidiano es con demasiada frecuencia, urbanismo por defecto, más que urbanismo por diseño y el Post Urbanismo es con demasiada frecuencia un urbanismo de lo sensacional, edificios trofeos en un dominio público atrofiado. Podemos construir espacios más sustentablemente ordenados, y más emancipatorios que lo que prometen estos dos modelos. Lo que el balance de este libro argumenta es que el todo tipo de planes urbanísticos, sociales, económicos, culturales, históricos y arquitectónicos, el Nuevo Urbanismo es lo que nos beneficiaría más de ahora en adelante.

Bibliografía:
- T. Zeldin. An Intimate History of Humanity, New York, Harper Collins, 1994

- J. Kaliski. Everyday Urbanism, New York, Monacelli Press, 1999

- Ellen Dunham-Jones, personal correspondence, January 2, 2000


Fuente: Three Paradigms: New Urbanism, Everyday Urbanism, Post Urbanism—Extracto de “The Essential Common Place. D Kelbaugh - Bulletin of Science, Technology & Society, 2000 – NASTS. Traducción Reinaldo Martínez.